martes, 24 de febrero de 2015

Trastorno bipolar


¿Qué es trastorno bipolar?
El trastorno bipolar es una enfermedad mental que causa cambios de humor extremos. Esta condición también se conoce con el nombre de enfermedad maniaco depresiva. La causa de esta puede ser un desequilibrio químico en el cerebro.

El trastorno bipolar a veces se hereda entre los miembros de familia. Si usted tiene un padre con trastorno bipolar su probabilidad de tenerlo es mayor. Tanto el hombre como la mujer pueden tener trastorno bipolar. La gente de todas las edades lo puede tener.
¿Cuáles son algunas de las señas del trastorno bipolar?
A veces, una persona que tiene trastorno bipolar se puede sentir muy feliz, llena de energía y capaz de hacer cualquier cosa. La persona puede ni siquiera querer descansar cuando se siente de este modo. Esta sensación se llama manía. En otras ocasiones, la persona con trastorno bipolar puede sentirse muy triste y deprimida. La persona puede no querer hacer nada cuando se siente de esta manera. Esto se llama depresión. La gente con trastorno bipolar puede pasar rápidamente de manía a depresión y nuevamente a manía.

Otras señas de manía pueden incluir lo siguiente:
·   Sentirse muy irritable o enojado
·   Pensar y hablar tan rápido que la demás gente no alcanza a comprender su pensamiento
·   No dormir nada
·   Sentirse muy poderoso e importante
·   Tener dificultad para concentrarse
·   Gastar demasiado dinero
·   Abusar del alcohol y las drogas de abuso
·   Tener sexo sin tomar precaución para prevenir el embarazo o la enfermedad
Otras señas de depresión pueden incluir lo siguiente:
·   No tener interés o sentir placer al hacer las cosas que usted solía disfrutar, incluso el sexo.
·   Sentirse triste o indiferente
·   Llorar fácilmente o sin razón
·   Sentirse decaído o sentirse inquieto e irritable
·   Sentir que usted no vale la pena o sentirse culpable
·   Cambios en el apetito; cambio en su peso sin estar tratando de lograrlo.
·   Dificultad para recordar cosas, concentrarse o para tomar decisiones.
·   Dolores de cabeza, de espalda o problemas digestivos
·   Problemas con el sueño o querer dormir todo el tiempo
·   Sentirse cansado todo el tiempo
·   Pensar en la muerte y en el suicidio
¿Cuál es el tratamiento para el trastorno bipolar?
El trastorno bipolar puede ser tratado por su médico de familia. Su médico de familia quizás puede querer que usted también vaya a ver a un psiquiatra. Usted y sus médicos trabajarán en equipo para controlar sus cambios de emociones y asegurarse de que usted esté bien.

El trastorno bipolar se trata con medicamentos para parar los cambios de humor. Los estabilizadores del humor se usan para equilibrar los altos y los bajos en su humor. El medicamento antidepresivo puede ayudar a disminuir los síntomas de la depresión. Su médico le puede añadir otros medicamentos a medida que usted los necesita. Estos medicamentos no comienzan a funcionar de inmediato, pero usted comenzará a notar la diferencia en su humor después de unas pocas semanas. Asegúrese de tomar sus medicamentos exactamente como su médico le dice.

La asesoría psicológica le puede ayudar con el estrés, con las preocupaciones familiares y con los problemas interpersonales. Es importante obtener asesoría psicológica si usted tiene trastorno bipolar.
¿Qué puedo hacer para ayudar a sentirme mejor?
·   Leer acerca del trastorno bipolar y compartir con su familia lo que aprende. Su médico le puede aconsejar fuentes de información para ayudarle a aprender más.
·   Tenga una rutina regular. Acuéstese y levántese más o menos a la misma hora todos los días. Coma sus comidas y haga ejercicio a horas regulares.
·   Tome su medicamento cada día y no deje de tomarlo incluso si comienza a sentirse mejor. Evite la cafeína y los medicamentos que se obtienen sin prescripción médica para tratar resfriados, alergias y dolor. Pregúntele a su médico antes de tomar alcohol o usar cualquier otro medicamento.
·   Trate de evitar el estrés.
·   Aprenda las señas de alarma tempranas de su enfermedad. Dígale a su médico cuando note cambios en su humor o su comportamiento.
·   Inscríbase en un grupo de apoyo en el lugar donde usted vive. Usted y su familia pueden compartir información y experiencias con el grupo de apoyo.
Fuente

Management of Bipolar Disorder (Manejo del trastorno bipolar) by KS Griswold, M.D., M.P.H. and LF Pessar, M.D. (American Family Physician septiembre 14, 2000, http://www.aafp.org/afp/20000915/1343.html)

sábado, 7 de febrero de 2015

¿Cómo reconocer y calmar la ansiedad?

En la vida diaria, puede considerarse hasta cierto punto normal, experimentar angustia o miedo ante algunas situaciones, este tipo de reacción en determinados sucesos que pueden parecerte difíciles de resolver o amenazantes se tratan de un estado emocional conocido como ansiedad.
Reconocer-calmar-ansiedad
El problema es que presentar angustia, miedo o preocupación en forma desmedida puede ser indicador de que algo no anda bien y derivar en enfermedades o, incluso, afectar tu rendimiento laboral y profesional, así como la capacidad de relacionarte con los demás. De ahí que los especialistas determinen que, en estos casos, se padece un trastorno de ansiedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que, en el mundo, existen casi 450 millones de personas con algún tipo de trastorno psiquiátrico, entre los cuales el trastorno de ansiedad es el de mayor prevalencia en los países desarrollados.
Señales que indican ansiedad
Cuando se padece una crisis de ansiedad, se pueden presentar varios síntomas. Entre los más comunes, se encuentran: 
• Taquicardia (el corazón late muy rápido).
• Dificultad para respirar u opresión y dolor en el pecho.
• Visión borrosa.
• Sudor excesivo.
• Sensación de temblor generalizado, que se nota principalmente en manos y piernas.
• Náuseas.
• Calambres, sensación de hormigueo o entumecimiento.
• Insomnio
¿Qué causa la ansiedad?
De acuerdo con la doctora Ana García Díez, especialista en Medicina Interna del Hospital Central de Asturias, España, entre los factores que suelen provocar ansiedad, se listan:
• Situaciones estresantes de la vida diaria como conflictos laborales, la pérdida de un ser querido, problemas con la pareja, enfrentar una enfermedad crónica o una larga convalecencia, entre otras.
• La genética: Aunque los trastornos de ansiedad pueden presentarse en cualquier persona, unos estarán más predispuestos que otros dependiendo de su personalidad y su genética, así como del ambiente en el que se desenvuelven.
• Toma de medicamentos: Algunos fármacos como los antidepresivos tienen como efectos secundarios los estados de ansiedad.
Cabe mencionar que las adicciones también suelen generar estados de ansiedad, no solo en el caso, por ejemplo, del consumo de determinado tipo de drogas, sino por el hecho de la codependencia, es decir, el apego enfermizo u obsesivo a una sustancia o actividad. Asimismo, tomar sin moderación sustancias como té, café o bebidas energéticas pueden producir ansiedad.
¿Qué hacer para controlar la ansiedad?
La doctora Kontxi Báez Gallo, en la Guía de Educación Sanitaria 2 titulada: “Ansiedad. Cómo controlarla” (*) la doctora recomienda, sobre todo, evitar que la ansiedad aumente. Para ello, sugiere que la persona realice algunos cambios en su estilo de vida, tales como:
• Realizar actividad física, como hacer caminatas o practicar algún deporte.
• Programar prioridades, evitar hacerse cargo de todo a la vez.
• Dedicar tiempo para sí mismo, como tomar un baño agradable, ir al spa, salir con los amigos o visitar a familiares.
• Plantearse objetivos realistas, con la seguridad de que es posible conseguirlos.
• Realizar los cambios necesarios, una vez que se descubre que algún acontecimiento está haciendo crecer la ansiedad.
• Relajarse, ya sea a través de la meditación o de sencillos ejercicios en casa para disminuir la tensión.
• Pensar de manera clara y positiva, aprendiendo a calmarse ante las situaciones difíciles.
• Tomar control de las preocupaciones irracionales.
• No huir de las situaciones, no esperar a que el miedo ceda.
• Ser perseverante, pues es normal tener altibajos al tratar de superar algún trastorno de ansiedad. Lo importante es no desanimarse.

Fuente: Phronesis 4 febrero, 2015 Artículos, Salud y nutrición 

7 tipos de personalidades tóxicas


Muchas veces permitimos entrar en nuestro círculo más íntimo a los chismosos, a los envidiosos, a gente autoritaria, a los psicópatas, a los orgullosos, a los mediocres, en fin, a gente tóxica, a personas equivocadas que permanentemente evalúan lo que decimos y lo que hacemos, o lo que no decimos y no hacemos.
Bernardo Stamateas
Aunque no lo creamos, estamos rodeados de gente con personalidades tóxicas. Personas que nos hacen sentir mal aunque no tengamos la culpa, que nos usan sin que aparentemente podamos evitarlo, que nos tienen a su merced sin que nos demos cuenta. Muchas de estas personalidades las conocemos, pero no somos conscientes de su consecuencia tóxica. He aquí las personalidades tóxicas que tenemos, cada día, a nuestro alrededor.
El envidioso
Una persona envidiosa tratará siempre de buscar aliados. Esto le garantizará envenenar a otros con sus palabras y sus malos pensamientos. Este tipo de persona no es feliz. Siempre desean aquello que los demás tienen o consiguen e intentarán boicotearlo.
Es fácil detectar a los envidiosos. Se ven venir. Lo importante es saber alejarnos de ellos, no dejar que nos influyan con sus pensamientos tóxicos. Si somos los afectados, tenemos que intentar ignorarlos. Si nos convertimos en un probable aliado, no debemos dejar que guíe nuestros pensamientos sobre una persona.
Nadie piensa igual sobre alguien y tenemos que tenerlo claro. Que nadie modifique lo que pensamos ni nos ponga en contra de otra persona por sus pensamientos tóxicos.
El autoritario
La persona autoritaria suele ser un jefe. Alguien que tiene bajo su yugo a otros. Suelen ser personas muy inseguras de sí mismas y, por eso, incitan miedo a sus subordinados para dar fe del control y poder que tiene.
Pero esto no acaba aquí. Una persona autoritaria llega a humillar, amenazar y goza imponiendo su voluntad. Juega con la necesidad que tienen las personas por conservar un puesto de trabajo. Pero nadie debería tolerar esto, ni siquiera aunque sea tu jefe.
Actualmente, hay una ley que contempla el acoso laboral. Si te encuentras en un caso como este no temas tomar medidas. Ir al trabajo puede convertirse en una verdadera tortura.
El manipulador
Una persona manipuladora es difícil de detectar. El manipulador es una personalidad tóxica que puede pasar desapercibida durante mucho tiempo sin ser descubierto. Se muestran amables y complacientes. Tienen una gran capacidad para empatizar lo que les viene muy bien. Pero… cuando las conocer mejor hay ciertas cosas que tienes que evitar hacia ellas.
Para empezar, nunca seas sincero con una persona manipuladora porque le dará la vuelta. Se sentirá atacada y logrará que te sientas culpable por tu sinceridad. Por lo tanto, tú serás el único culpable y así te hará sentir. Aunque sepas que no tiene razón, acabarás controlando lo que dices para no sentirte mal después.
Los manipuladores juegan sucio y suelen mentir. Si tú tienes un problema el de ellos será peor. Por último, tienen el don de contaminar el entorno. Si están tristes el ambiente se volverá triste.
El pesimista
Como su propio nombre indica, los pesimistas siempre lo ven todo de forma negativa. Son personas a las que todo les afecta y se rinden con mucha facilidad. Esta negatividad en la que viven atrae más negatividad, por lo tanto, se convierte en un círculo vicioso.
Se muestran como víctimas indefensas ante el mundo. Continuamente estarán quejándose por su pasado, su presente y su probable futuro. Esto le llevará a una vida monótona y falta de metas, pues todo lo ve “negro”.
Es necesario alejarse de este tipo de personas. Por mucho que intentes hacerles ver que no todo es tan malo como parece, te llevarán la contraria y lograrán alimentarse de tu positivismo para sentirse bien. La consecuencia es que tú no te sentirás tan bien. A estos sujetos también se les denomina “vampiros emocionales“.
El sociopsicópata
Es una de las personalidades tóxicas más peligrosas. Nos encontramos ante personas impulsivas, que no establecen límites afectivos y no sienten remordimientos cuando hacen daño a los demás. Son personas ambiciosas que alcanzan sus objetivos sin importar a quien destruyan por el camino. Son incapaces de decir “lo siento”.
Los sociopsicópatas son personas que se presentan encantadoras, pues te dirán todo lo que querrás oír. Suele interesarse mucho por la persona que tiene enfrente haciéndole muchas preguntas para recabar información que almacenará para utilizarla, luego, en su contra. Con esto, mentirá y engañará para lograr lo que quiere. Fingirá sentimientos que no siente ni padece. Es lo opuesto a una persona empática.
¿Cómo podemos reconocer a un sociopsicópata? Debemos ser muy observadores. Dado que no sienten emociones hay que observar en su rostro su mirada y los músculos faciales. Si fijan los ojos en ti y no mueven ni un solo músculo de la cara, ten cuidado, probablemente te estén manipulando.
El descalificador
El descalificador disfruta menospreciando, manipulando y desestabilizando emocionalmente a los demás. Esto provoca que la otra persona se muestre inseguro y dependa de sus opiniones.
Se mostrará como un gran amigo, pero utilizará todo lo que le cuentes para, en el momento adecuado, desvalorizarte ante los demás. De esta manera, finge mostrarse interesado en lo que le cuentan. Juega con el factor sorpresa. En el momento más inesperado, se quita la máscara para convertirse en un ser violento que menosprecia a los demás.
El Neurótico
La persona neurótica suele ser insegura. Por este motivo, intentará conseguir una buena posición social aunque se impondrá objetivos que no podrá cumplir, debido a sus sentimientos de desvalorización que lo bloquean. No soporta que nadie sepa más que él sobre algo, por eso tratará siempre de llamar la atención.
Por este tipo de inseguridades, que sufrió desde niño y no ha podido resolver, el neurótico desarrolla una conducta perfeccionista, conflictiva, egoísta e infantil. Esto le lleva a controlar a la otra persona. Además, sus cambios de humor provocan que sea imposible la convivencia con ellos.

 Cualquiera de estas personalidades tóxicas contamina a los que tienen a su alrededor, a través de sus energías negativas. Darse cuenta de con quién nos relacionamos también es importante para nuestra salud. El truco está en anticiparse y elegir de quien nos queremos rodear, evitando a aquellas personalidades tóxicas que nos puedan perjudicar.