domingo, 8 de noviembre de 2015

MATAR A LA VACA

Un viejo maestro decidió visitar junto a su joven aprendiz la casa más pobre y destartalada de la aldea. Allí malvivía una familia muy humilde con una sola posesión, una vaca muy delgada, cuya escasa leche les alimentaba malamente, pero les alimentaba al fin y al cabo. El padre, hospitalario, les invitó a pasar la noche junto a su familia. A la mañana siguiente, muy temprano, el maestro comentó a su discípulo: “Ha llegado la hora de la lección”. Y el maestro sacó un largo cuchillo y mató a la vaca. El joven se preguntó qué clase de lección le acababa de dar su maestro: ¿Dejar a una familia sin su sustento?...

Un año más tarde, el maestro junto a su discípulo volvieron a la aldea y donde se encontraba la casa destartalada de la familia, encontraron una casa grande y bastante lujosa. Vieron salir de ella al padre de la familia, que no sospechaba que el maestro y su discípulo fueron los responsables de la muerte de su pobre vaca. El padre les comentó que aquella vaca había sido el sustento de su familia, pero que cuando vieron la vaca muerta, fueron conscientes de que tenían un grave problema y que algo tenían que hacer.

El padre les comentó que adecentaron una parcela de terreno junto a su casa, compraron algunas semillas, sembraron patatas y algunas legumbres para alimentarse. Al poco, dijo, producíamos más de lo que necesitábamos para comer, y así empezamos a vender el excedente. Con el dinero que ganamos compraron una casa más grande y más terrenos para producir más y más alimentos…

Mientras el padre de familia seguía explicando como había cambiado su vida, el joven discípulo se dio cuenta de que aquella vaca había sido el motivo que mantenía a toda la familia atada a una vida de conformismo, mediocridad y de falsa seguridad. 

“La mediocridad,consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta” (Gilbert Keith Chesterton)

Francisco lleva casado muchos años, querría divorciarse de su mujer, pero sus hijos y una falsa percepción de estabilidad, se lo impide. Marta lleva trabajando en la misma empresa desde hace muchos años y su trabajo le hace profundamente infeliz, pero ella piensa “¡Cómo lo voy a dejar con el paro que hay!”

Muchas veces nos aferramos a personas, situaciones o cosas, por comodidad, seguridad o conformismo. Son nuestras “vacas” de las que habla la historia que he relatado al principio. Hemos aceptado que las cosas no se pueden cambiar, o que cambiarlas puede ser demasiado “traumático”.
¿Qué hay detrás de esta actitud de conformismo y resignación ante lo que vivimos en nuestro día a día?... la respuesta es: el Miedo. 
El miedo, nos “ata” a lo conocido, a lo que creemos seguro, y nos está impidiendo explorar otras experiencias en nuestra vida.

“La seguridad es más que nada una superstición. La vida es, una aventura atrevida, o no es vida” (Hellen Keller).

Llegado a este punto podrías preguntarte: ¿Y cómo puedo yo “matar mi vaca”?...

1.Convéncete de que en la vida no hay nada seguro. Lo que tu crees que no va cambiar nunca (tu trabajo, tu salud, tu relación de pareja, etc.) puede dar un giro inesperado en cualquier momento.

2.Cuando nos decidamos a “matar nuestra vaca”, debemos ser conscientes que puede ser incómodo y difícil, pero que es necesario para dar el paso y producir cambios positivos en nuestra vida.

3.No te imaginas hasta dónde puedes llegar si le pones ilusión a “eso” que quieres cambiar en tu vida. Confía en ti.

“El único modo de estar seguro de coger un nuevo tren, es perder el anterior” (Gilbert Keith Chesterton) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario