Los trastornos
mentales son diagnosticados de manera habitual en nuestros días, y todo
el mundo conoce en menor o mayor medida lo que significa depresión, trastorno
de ansiedad, bulimia, etcétera.
Las psicopatologías afectan a
gran cantidad de personas. Por eso, los expertos aseguran que una de cada tres
personas sufre o sufrirán algún tipo de trastorno mental durante su vida.
Pero, ¿cuáles son los trastornos
más comunes? ¿Cuáles son aquellos trastornos que afectan a una mayor cantidad
de personas?
A continuación os presento una
breve explicación de los trastornos mentales más frecuentes.
1. Trastornos de Ansiedad
La ansiedad es
una reacción normal de las personas ante situaciones de estrés e incertidumbre.
Ahora bien, un trastorno de ansiedad se diagnostica cuando
varios síntomas ansiosos provocan angustia o algún grado de deterioro funcional en
la vida del individuo que lo sufre. A una persona con un trastorno de
ansiedad le puede resultar difícil funcionar en distintas áreas de su vida:
relaciones sociales y familiares, el trabajo, la escuela, etc. Existen
distintos tipos de trastornos de ansiedad:
1.1. Ataque de pánico
Un ataque
de pánico es la aparición intensa y repentina de temor o terror, a
menudo asociada a sentimientos de muerte inminente. Los síntomas incluyen falta
de aire, palpitaciones, dolor en el pecho y malestar.
1.2. Trastornos fóbicos
Muchas personas admiten que
sienten miedo a las serpientes o las arañas, pero pueden tolerar ese miedo. Los individuos que padecen una fobia, por el
contrario, no son capaces de tolerar ese miedo. Éstos experimentan un miedo
irracional cuando se encuentran frente a al estímulo fóbico, ya sea un objeto,
un animal o una situación, y esto suele acabar en un comportamiento de
evitación.
Hay distintos estímulos fóbicos
que desencadenan este miedo irracional: volar con un avión, conducir un
vehículo, los ascensores, los payasos, los dentistas, la sangre, las tormentas,
etc. Algunos de los más habituales son:
1.2.1. Fobia Social
La fobia social es un trastorno de ansiedad muy habitual,
y no debe confundirse con la timidez.
Es un fuerte miedo irracional hacia situaciones de interacción social, pues la
persona que padece este trastorno siente ansiedad extrema al ser juzgado por
otros, al ser el centro de atención, por la idea de ser criticado o humillado
por otros individuos e, incluso, al hablar por teléfono con otras personas. Por
tanto, es incapaz de realizar presentaciones en público, comer en restaurantes
o delante de alguien, ir a eventos sociales, conocer gente nueva...
1.2.2. Agorafobia
La agorafobia, de manera habitual, suele definirse miedo
irracional a los espacios abiertos, como las grandes avenidas, los parques o
los entornos naturales. Pero esta definición no es del todo cierta. El estímulo
fóbico no son los parques o las grandes avenidas, sino la situación de tener un
ataque de ansiedad en estos lugares, donde puede ser difícil o vergonzoso
escapar, o donde no es posible el recibir ayuda.
1.3. Trastorno por Estrés
Postraumático (TEPT)
El Trastorno por Estrés Postraumático se manifiesta cuando
la persona ha sido expuesta a una situación traumática que le ha provocado al
individuo una experiencia psicológica estresante, lo que puede ser incapacitante.
Los síntomas incluyen: pesadillas, sentimientos
de ira, irritabilidad o fatiga
emocional, desapego hacia los demás, etc., cuando la persona revive el
hecho traumático.
De manera frecuente, la persona
intentará evitar las situaciones o actividades que le traen recuerdos del
evento que provocó el trauma.
1.4. Trastorno
Obsesivo-Compulsivo (TOC)
El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es una condición
en la cual el individuo experimenta pensamientos, ideas o imágenes
intrusivas. Es un trastorno de la ansiedad, y por lo tanto se caracteriza por
estar asociado a sensación de temor, angustia y estrés continuado de tal forma
que supone un problema para el día a día y repercute negativamente sobre la
calidad de vida de la persona.
Los pensamientos que causan
malestar (obsesiones), provocan que la persona realice ciertos rituales o
acciones (compulsiones) para reducir la ansiedad y sentirse mejor.
Las obsesiones incluyen: miedo a
contaminarse, sentimientos de duda (por ejemplo, ¿habré apagado el gas?),
pensamientos de hacer daño a alguien, pensamientos que van en contra de las
creencias religiosas de la persona, entre otros. Las compulsiones incluyen:
comprobaciones, contar, lavarse, organizar repetidamente las cosas, etcétera.
1.5. Trastorno de Ansiedad Generalizada
Preocuparse de vez en cuando es
un comportamiento normal, pero cuando preocuparse y sentir ansiedad de
manera continuada afecta e interfiere en la normalidad de la vida de un
individuo es posible que esa persona sufra el Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Por tanto, el trastorno se
caracteriza por preocupación y ansiedad crónica. Es como si siempre hubiera
algo de lo que preocuparse: problemas en los estudios, el trabajo, o la
relación de pareja, tener un accidente al salir de casa, etcétera. Algunos de
los síntomas son: náusea, fatiga, tensión muscular, problemas de
concentración, problemas
de sueño, y más.
2. Trastornos del Estado de Ánimo
Existen distintos tipos de trastornos
del estado de ánimo o trastornos afectivos y, como su
nombre indica, su principal característica subyacente sería una alteración
del estado de ánimo del individuo. Los más habituales son los siguientes:
2.1. Trastorno Bipolar
El trastorno
bipolar puede afectar a cómo se siente una persona, piensa y actúa. Se
caracteriza por cambios exagerados en el estado de ánimo, desde manía a la
depresión mayor. Por tanto, va más allá de los simples cambios de humor, es
decir, la inestabilidad emocional. Los ciclos del trastorno bipolar duran días,
semanas o meses, y perjudican seriamente al trabajo y las relaciones sociales
de la persona que lo sufre.
El trastorno bipolar raramente
puede tratarse sin medicación, pues es necesario estabilizar el estado de ánimo
del paciente. Durante los episodios de manía, la persona puede incluso dejar su
trabajo, aumentar sus deudas, y sentirse lleno de energía a pesar de dormir
solamente dos horas al día. Durante los episodios depresivos, la misma persona
puede incluso no salir de la cama. Existen distintos tipos de trastorno
bipolar, y, además, existe una versión leve de este trastorno, llamado ciclotimia.
2.2. Trastorno Depresivo
Muchas personas se sienten
deprimidas en algún momento de sus vidas. Los sentimientos de desaliento,
frustración e incluso la desesperación, son normales ante una decepción y
pueden durar varios días antes de desaparecer de manera gradual. Ahora bien, para
algunas personas, estos sentimientos pueden durar meses y años, provocando
problemas serios en su día a día.
La depresión es una
psicopatología seria y debilitante, y afecta a cómo un individuo se siente,
piensa y actúa. Puede provocar síntomas tanto físicos como psicológicos. Por
ejemplo: problemas de ingesta, problemas de sueño, malestar, fatiga, etc.
Para saber más sobre los tipos de
depresión puedes visitar nuestro artículo:
3. Trastornos de la Conducta
Alimentaria
Existen distintos tipos de trastornos
de la alimentación. Los más comunes son los que siguen:
3.1. Anorexia Nerviosa
La anorexia se caracteriza por una obsesión por
controlar la cantidad de comida que se consume. Uno de sus síntomas más
característicos es la distorsión de la imagen corporal. Las personas que sufren
anorexia restringen la ingesta de alimentos haciendo dieta, ayuno e incluso
ejercicio físico excesivo. Casi no comen, y lo poco que ingieren les provoca un
intenso sentimiento de malestar.
3.2. Bulimia Nerviosa
La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria que
se caracteriza por pautas de alimentación anómalas, con episodios de
ingesta masiva de alimentos seguidos por maniobras que buscan eliminar esas
calorías (inducirse al vómito, consumir laxantes, etc.). Tras estos
episodios, lo habitual es que el sujeto se sienta triste, de mal humor y tenga
sentimientos de autocompasión.
3.3. Trastorno por Atracón
El trastorno por atracón es un trastorno grave en el que el
individuo que lo sufre consume con frecuencia grandes cantidades de comida y
siente que ha perdido el control durante el atracón. Después de la
sobreingesta, la angustia severa o preocupación por el peso suele aparecer.
4. Trastornos psicóticos
Los trastornos psicóticos son
psicopatologías graves en los que las personas pierden el contacto con la
realidad. Dos de los síntomas principales son delirios y alucinaciones. Los
delirios son falsas creencias, tales como la idea de que alguien está
siguiendo. Las alucinaciones son percepciones falsas, como escuchar, ver o
sentir algo que no existe.
A diferencia de los delirios, que
son creencias erróneas de la realidad sobre un hecho u objeto existente, es
decir, una distorsión de un estímulo externo, las alucinaciones son totalmente
inventadas por la mente y no son producto de la distorsión de ningún objeto
presente, se percibe algo sin tener en cuenta los estímulos externos. Por
ejemplo, escuchar voces que salen de un enchufe. Los trastornos psicóticos más
comunes son:
4.1. Trastorno delirante
El trastorno delirante o paranoia es
un trastorno psicótico caracterizado por una o varias ideas delirantes. Es
decir, que estas personas están totalmente convencidas de cosas que no son
ciertas. Por ejemplo, que alguien les persigue para lastimarles.
4.2. Esquizofrenia
La esquizofrenia es otro trastorno psicótico, pero, en
este caso, la persona sufre alucinaciones y pensamientos perturbadores que
le aísla de la actividad social. La esquizofrenia es una patología muy seria, y
a pesar de no existir cura, sí que hay tratamientos efectivos para que los
pacientes con esta alteración puedan disfrutar de su vida.
5. Trastornos de personalidad
Un trastorno de personalidad es
un patrón rígido y permanente en el comportamiento de una persona que le
genera malestar o dificultades en sus relaciones y en su entorno. Los
trastornos de la personalidad tienen su inicio en la adolescencia o al
principio de la vida adulta. Los más frecuentes son:
5.1. Trastorno Límite de la
Personalidad (TLP)
El trastorno límite de la personalidad o borderline se
caracteriza porque las personas que lo sufren tienen una personalidad
débil y cambiante, y dudan de todo. Los momentos de calma pueden convertirse,
al instante y sin previo aviso, en momentos de ira, ansiedad o desesperación.
Estos individuos viven sus emociones al máximo, y las relaciones amorosas son
intensas, pues suelen idolatrar a la otra persona hasta el extremo.
Algunos de sus síntomas son: ira
intensa e incapacidad de controlarla, esfuerzos frenéticos por evitar el
abandono, real o imaginario, alternancia entre extremos de idealización y
devaluación en las relaciones interpersonales, autoimagen marcadamente
inestable, y sentimientos crónicos de vacío.
5.2. Trastorno antisocial (TASP)
El individuo que sufre este
trastorno (mal conocido con etiquetas como psicopatía
o sociopatía) se caracteriza por su tendencia a no relacionarse
en sociedad, evitando cualquier interacción. Los diferentes síntomas y
conductas que caracterizan el TASP incluyen: robos, agresividad, tendencia a la
soledad, violencia, mentiras… Además, las personas afectadas por el TASP
tienden a ser tímidas, depresivas y tienen ansiedad social. Este último punto
se debe a su temor a ser rechazadas. A pesar de ello, la terapia psicológica es muy efectiva a la hora de manejar
los inconvenientes del trastorno antisocial.
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