La
terapia Cognitivo-Conductual, también llamada Conductual, es una de las
escuelas de Psicoterapia más antiguas. Hay dos características que la definen:
su modelo de la naturaleza humana y su metodología.
En esencia,
consideramos que casi el 100% de nuestra forma de ser, de nuestra personalidad,
es fruto de nuestras experiencias. Aunque nacemos con fuertes predisposiciones
genéticas o biológicas, es el aprendizaje el que nos hace que estas
potencialidades fragüen o cristalicen en una u otra dirección. Por todo ello la
infancia es de gran importancia, pero también lo es la adolescencia y la
adultez. Todos los periodos de nuestra vida son importantes porque posibilitan
experiencias y aprendizajes y se va moldeando nuestra manera de ser.
A veces,
tenemos experiencias que nos hacen aprender reacciones emocionales dañinas o
dolorosas. Por ejemplo, si una persona tiene un accidente de tráfico y aunque
no se hiere se asusta mucho, puede que la próxima vez que suba a un coche se
sienta muy ansioso, con un gran miedo. Ha aprendido una fobia a conducir. Otras
veces en realidad la mayoría, el proceso de aprendizaje es más lento. Por
ejemplo, si a una persona se la educa en casa y en el colegio, sobrevalorando
la importancia de caer bien a los demás, enseñándole que gustar es prioritario
o que lo que piensen de él es crucial, puede que esa persona desarrolle una
timidez patológica o fobia social.
En
síntesis, de forma rápida y concreta, o progresivamente a lo largo de los años,
nuestros problemas emocionales son fruto del aprendizaje. Cuando alguien sufre
una depresión, un trastorno de la ansiedad o un problema de alimentación, no
está loco, ni enfermo, ni es débil, sencillamente ha sido víctima de una serie
de desafortunadas experiencias.
Un
psicólogo Cognitivo-Conductual es un experto en aprender y desaprender. La
terapia consiste en enseñar una serie de técnicas y estrategias psicológicas
probadas científicamente para que la persona afronte su problema emocional y lo
maneje hasta eliminarlo. El psicólogo es un entrenador y la terapia es un
proceso de entrenamiento o reaprendizaje donde se elimina el resultado de malas
experiencias.
Desde un
punto de vista metodológico, la terapia Cognitivo-Conductual es una disciplina
científica. La eficacia de las técnicas o la veracidad de los modelos, no se
basan en escritos u opiniones más o menos brillantes o creativas, sino en datos
experimentales. Cuando por ejemplo se afirma que la "Exposición in
Vivo" es el tratamiento de elección para la agorafobia, se dice así porque
hay cientos de estudios que lo demuestran.
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