“Aferrarse a la ira es como tomar un carbón ardiente
con la intención de arrojárselo a alguien; es uno quién se quema”.
Buda (Líder religioso de Oriente)
El enojo es una de las emociones más frecuentes en nuestra vida.
Pero también es una de las más desgastantes y es la causa de una gran parte de
nuestros problemas, ya que:
- Nos
desgasta físicamente, porque altera todo el funcionamiento del cuerpo.
- Influye
en la toma de malas decisiones, que afectan todas las áreas de nuestra
vida.
- Aumenta
o provoca conflictos con los demás.
Pero el coraje en sí mismo, no es malo.
Es una respuesta instintiva de nuestro
organismo, que nos da la energía necesaria para defendernos cuando somos atacados
físicamente o cuando nuestra vida está en peligro.
Nos puede servir para reconocer que algo nos está molestando y motivarnos a actuar.
El problema no es sentir coraje o rabia, cuando el sentimiento es momentáneo o está bien encausado y manejado.
Nos puede servir para reconocer que algo nos está molestando y motivarnos a actuar.
El problema no es sentir coraje o rabia, cuando el sentimiento es momentáneo o está bien encausado y manejado.
El verdadero problema surge cuando
mantenemos ese sentimiento durante muchas horas, días, meses o años y cuando,
gracias a él, respondemos desproporcionadamente.
Las causas del coraje pueden ser:
Las causas del coraje pueden ser:
- Internas,
a partir de algunos recuerdos o
- externas,
relacionadas con lo que sucede a nuestro alrededor.
Podemos hablar de dos tipos de coraje:
- El que
dirigimos hacia nosotros mismos, en el que:
- Nos
atacamos,
- insultamos,
- devaluamos,
- o
reprimimos, con lo que se convierte en depresión.
- El que
dirigimos hacia los demás.
El coraje puede ser utilizado de una manera adecuada y de una inadecuada.
- Es
inadecuada, cuando.
- Explotamos, sin medir las consecuencias. El
coraje nos controla y podemos lastimar emocional o físicamente a una
persona.
- Lo utilizamos para poder controlar a los demás. Esto
puede darse en personas con baja autoestima, que lo utilizan para
sentirse fuertes y poderosas.
- Lo reprimimos, porque pensamos que es algo
negativo. Esta actitud abarca desde negarlo, decir que no estamos
enojados, hasta dejar de sentirlo, aparentemente.
- Adecuada.
Dado que cada persona es diferente, cada uno de nosotros puede manejar adecuadamente el coraje, de una manera distinta.
Algunos, simplemente con reconocer y expresar que están enojados, se
sienten mucho mejor y el coraje disminuye, permitiéndoles resolver la causa de
su malestar.
Otros necesitan descargar la energía físicamente, con actividades como correr, encerrarse en un cuarto y gritar, golpear un cojín, etc.
Otros necesitan descargar la energía físicamente, con actividades como correr, encerrarse en un cuarto y gritar, golpear un cojín, etc.
Esto es adecuado siempre y cuando tus acciones no te afecten de alguna
manera o afecten a los demás y que no hagas cosas de las que luego te
arrepientas.
También podemos:
También podemos:
- Hablar
y aclarar las cosas con las personas involucradas, si lo hacemos e una
manera asertiva.
- Hacer
ejercicio.
- Relajarnos
- Expresarlo
a través del arte: pintura, escritura, música, etc.
¿Qué es lo que dispara
el coraje?
El enojo tiene que ver con dos aspectos:
- El temor o la sensación de
estar amenazado, ya sea real o simbólicamente.
Esta amenaza puede ser en el aspecto físico, emocional, psicológico o espiritual.
- La frustración de no obtener lo que deseo o de
que las cosas y las personas sean diferentes de cómo yo quiero que sean.
Cuando percibimos esa oposición de la gente como
agresiva, el coraje o la ira pueden crecer desproporcionadamente.
Este aspecto está relacionado con una necesidad de
control, ya sea físico o psicológico y muy frecuentemente lo justificamos,
equivocadamente, con el concepto de "lo que es justo".
Nuestra percepción y pensamientos son los elementos que disparan y mantienen el coraje.
Por ejemplo:
Mi ex-pareja me grita.
Yo lo percibo como agresión
y me enojo, porque pienso:
"No debería de
gritarme (debería comportarse como yo quiero que se comporte)".
"Se cree más que
yo"(mi autoestima se siente amenazada).
"Todo lo hace a
propósito para hacerme sentir mal" (y no debería hacerlo). Etc.
Estos pensamientos me
generan más coraje y la rabia se va a mantener mientras los tenga.
Si dentro de 5 días, estoy tranquila viendo televisión y me acuerdo y vuelvo a tener ese tipo de pensamientos, me vuelvo a enojar, aunque no esté mi ex-pareja presente.
Si dentro de 5 días, estoy tranquila viendo televisión y me acuerdo y vuelvo a tener ese tipo de pensamientos, me vuelvo a enojar, aunque no esté mi ex-pareja presente.
Lo malo es que así como
pueden ser 5 días, pueden ser 5 o 50 años.
Cada vez que yo tenga
este tipo de pensamientos o similares, vuelvo a sentir el coraje con la misma
intensidad o mayor que cuando fue la discusión.
(También podría no
haberle hecho caso, percibirlo como una conducta que no tiene importancia para
mí y no enojarme.)
(O pensar: "Pobre,
sólo gritando puede sentirse mejor, lástima" y tampoco me enojo).
Lo más probable es que,
si me enojo, le grite o insulte y mi pareja reaccione con pensamientos
parecidos a los que causaron mi enojo, formando un círculo vicioso en donde el
coraje de uno aumenta el del otro, indefinidamente.
Cuando nos estamos divorciando,
todo el coraje que sentimos y que puede provocar un fuerte deseo de
desquitarnos o vengarnos, tiende a mostrarse en la negociación de los aspectos
económicos y relacionados con los niños.
¿El resultado?
Los trámites se alargan,
nosotros nos desgastamos física y emocionalmente y nuestros hijos sufren.
¿Qué hacer?
Describe las situaciones en las que te enojas y responde a
las siguientes preguntas, por escrito:
¿Por qué me enoje?
¿Por qué creo que eso pasó?
¿Que hizo la otra persona?
¿Por qué creo que lo hizo?
¿Por qué creo que lo hizo para molestarme?
¿Qué pienso de esa persona?
¿Qué pienso de mí?
Escribe todo lo que se te ocurra, sin analizarlo.
Si crees que no pensaste nada, escribe qué crees que
pensaría cualquier persona que se encontrara en tú lugar.
Muy probablemente esos son tus pensamientos.
Una vez que hayas terminado, revisa cada pensamiento y
pregúntate: Si pienso así ¿cómo me siento?
No hay comentarios:
Publicar un comentario